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“Tóxicos vegetales: un problema aún vigente”. Martínez Monseny A, Martínez Sánchez L, Margarit Soler A, Trenchs Sainz de la Maza V y Luaces Cubells C. An Pediatr (Barc). 2015;82:347-353
La ingesta de tóxicos vegetales es todavía una causa evitable de morbimortalidad en la infancia, por lo que el conocimiento de estas sustancias por parte del personal sanitario adquiere gran importancia para su identificación. La toxicidad depende de diversos factores no sólo relacionados con la planta en sí (maduración, parte ingerida, etc.) sino que también están implicados la edad o el peso del paciente, y el tiempo transcurrido desde la ingesta. En cuanto al mecanismo de intoxicación, el más frecuente sigue siendo el involuntario, con una incidencia mayor en los menores de 5 años. En la adolescencia toman importancia los fines recreativos, y existen otros más independientes de la edad como los relacionados con el maltrato infantil. Aunque la mayoría de intoxicaciones por ingestión de sustancias vegetales sólo precisan tratamiento sintomático y observación, existen determinados tóxicos que por su naturaleza pueden ser subsidiarias de emplear un antídoto adecuado, como puede ocurrir con el efecto digitálico de la adelfa o anticolinérgico del estramonio.

El estudio que se muestra en esta publicación es puramente descriptivo y unicéntrico. Recogen datos de pacientes que consultaron en el servicio de Urgencias de un hospital materno-infantil de tercer nivel con sospecha de ingestión de tóxico como motivo de consulta. Durante 4 años, y con una edad entre 0 y 18 años, se recogieron 18 casos (un 1% de todas las intoxicaciones registradas que correspondían al 0.4% de todas las urgencias de este centro). Sólo 14 de ellas se consideraron potencialmente tóxicas, bien por la naturaleza de la planta o por la clínica asociada. En este grupo la distribución del sexo fue homogénea, y la mediana de edad fue de 4.3 años. El síntoma más frecuente fueron los vómitos. En cuanto al mecanismo de ingestión, 10 casos fueron accidentales, dos en contexto de maltrato infantil, uno con fin recreativo y otro con fin suicida. Estos dos últimos casos, el primero por una infusión de estramonio y el segundo por ingestión de adelfa, fueron los que más destacaron en cuanto a sintomatología. Se realizó descontaminación gástrica con carbón activado únicamente a un paciente. Todos evolucionaron favorablemente, ingresando sólo en la Unidad de Cuidados Intensivos la joven con finalidad suicida.

Con frecuencia se suma el desconocimiento de la población general sobre la toxicidad de los vegetales que existen a su alrededor, con el reto que supone al profesional identificar la sustancia y conocer sus posibles efectos deletéreos. Es una suma de factores que pueden influir en el resultado final de la intoxicación, por lo que es recomendable tener a mano unos recursos adecuados a utilizar en cuanto a botánica se refiere, si nuestros conocimientos en este campo nos planten un problema.

Sheila de Pedro del Valle
F.E.A de Pediatría

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